El regreso del artesano

Quien no ha tenido el gusto de completar un trabajo desde una idea hasta su versión final? Y la felicidad de verlo evolucionar? Este proceso es la definición de felicidad por un trabajo bien hecho.

El trabajo del artesano, dueño y responsable directo del producto, nos da un sentimiento de logro y satisfacción que nos define como personas.

Este proceso antiguo como el trabajo mismo fue desplazado en el siglo XX por la introducción de la linea de producción en serie. La producción masiva industrial trajo cambios radicales en la forma de trabajar e imposibilitó que una persona controle todo el proceso. Dadas las necesidades de información y materiales requeridos el trabajo del artesano fue serializado y dividido en etapas discretas (estaciones en una linea de producción). El global de las etapas controlado por unidades externas no involucradas directamente con las etapas (administración de la empresa).

Esta línea de producción fue replicada de la fábrica a la administración y hasta los mínimos procesos internos donde alguien genera información y otro la consume. Estas cadenas internas en las empresas generan muchas veces la misma información y multiplican la cantidad de pasos necesarios lo que lleva a un aumento de errores y enlentecimiento de la capacidad de análisis y respuesta.

En un mundo pobre de información la realidad tenía que ser discreta.

Hasta la llegada de las tecnologías de la información y automatismos era imposible pensar en otra forma de construir los elementos complejos de a vida cotidiana como una computadora o un seguro médico.

El desafío para este siglo es retomar el camino del artesano, concentrando todo el proceso en una persona o en equipos reducidos, que controlen todo el proceso mediante sistemas de información que eliminen la fricción sin importar distancias geográficas y volúmenes físicos. Dando la capacidad y responsabilidad de cada operación en su conjunto a esa persona. Devolviendo el placer de completar una tarea, un objeto en su totalidad a la persona.

Producir, aprender, iterar.

Este proceso que culmina en la satisfacción personal genera un circulo virtuoso donde la persona itera sobre sus ideas, aprende, mejora y vuelve a producir.

En la búsqueda de este proceso que nos llene necesitamos derribar muros, feudos controlados por el ego y atravesar las empresas con información. No es tarea facil para nada.

 

 

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